Si el gobierno local quería quitarse de en medio a la empresa lo único que tenía que hacer era esperar el vencimiento del contrato con la empresa concesionaria de la basura, que está próximo a expirar. Sin embargo el Alcalde, en uno de sus arrebatos, entró como elefante en una cacharrería y decidió de forma unilateral boicotear a la empresa y dejar de pagar sin un motivo de peso jurídico justificado. La empresa, después de 4 meses sin cobrar, suspendió la recogida de basura. Una vez reconducida la situación, gracias a la intermediación de los diferentes grupos de la oposición, se retomó la recogida de basura pero cumpliendo los servicios mínimos del contrato.Leer más